Hola!
En los últimos meses, he estado envuelta en un torbellino de proyectos emocionantes, colaborando con profesionales y grandes organizaciones. Cada emprendimiento ha sido una experiencia de aprendizaje única, moldeando mi camino de maneras que nunca imaginé. Sin embargo, en medio de los desafíos de mis objetivos profesionales, hay un momento que destaca como el más significativo en los últimos dieciocho meses.
No fue una reunión crucial en la sala de juntas ni el lanzamiento de un proyecto innovador; fue una simple y conmovedora reunión con mi familia, acompañada de un plato de churros y chocolate caliente. A pesar de estar separados por una distancia de 17,000 kilómetros, ese momento de unión llenó mi corazón de calidez y gratitud.
Hace un tiempo, tomé la decisión consciente de priorizar mi bienestar personal sobre la obsesión por los logros laborales. Me di cuenta de la importancia de dar un paso atrás ante las demandas implacables de mi vida profesional para saborear las simples alegrías de pasar tiempo con mis seres queridos. Vivir a miles de millas de la familia no es fácil, pero me ha enseñado a valorar cada momento que compartimos, por efímero que sea.
A todas las almas valientes que se encuentran lejos de casa en busca de sus sueños, quiero que sepan que entiendo los desafíos que enfrentan. Los sacrificios son reales, pero también lo son las recompensas. Momentos como estos—momentos de conexión, risa y amor—son los que hacen que todo valga la pena.
Así que brindemos por tod@s nosotr@s que estamos navegando las complejidades de la vida, el trabajo y la familia desde la distancia. Sigamos luchando, sigamos amando y que nunca perdamos de vista lo que realmente importa.
Además, si quieres experimentar la alegría de poder equilibrar tu bienestar personal y tu carrera profesional, ¡agenda una consulta gratuita conmigo hoy mismo!
