Trabajos y resultados de investigación en el sector
El Instituto Global de Bienestar (GWI) ha desempeñado un papel fundamental en la conexión entre las prácticas de bienestar y la investigación científica. A través de sus extensos informes y recursos, el Instituto ha resaltado cómo el bienestar no es solo un «lujo» sino un elemento crucial para la salud física, mental y social a largo plazo. Según el GWI, la economía del bienestar está valorada actualmente en más de 6.3 billones de dólares (representando el 6.03% del PIB global), y abarca todo, desde la nutrición y el ejercicio hasta la salud mental, el sector inmobiliario, los entornos de trabajo y el turismo. Pero más importante aún, el GWI ha enfatizado la ciencia detrás de las prácticas de bienestar, ayudando a convertir lo que alguna vez se consideró «etéreo» o «subjetivo» en un campo basado en evidencia.
La investigación del GWI ha resaltado los beneficios comprobados de prácticas como la meditación, la optimización del sueño, el ejercicio, la nutrición y la conexión social. Por ejemplo, sus estudios han demostrado cómo las prácticas de atención plena y reducción del estrés pueden reducir la inflamación, mejorar la función cognitiva e incluso ralentizar el proceso de envejecimiento. De manera similar, el ejercicio y la nutrición adecuada no solo mejoran la salud física, sino que también impactan significativamente el bienestar mental, reduciendo las tasas de ansiedad y depresión. El compromiso del GWI con la investigación rigurosa y la colaboración con expertos científicos ha ayudado a transformar el bienestar de una palabra de moda a un campo respetado fundamentado en datos.
El importante papel de los investigadores privados
No debemos pasar por alto el papel de los investigadores privados, que continúan en la primera línea del descubrimiento de los beneficios tangibles de las prácticas de bienestar. Investigadores en universidades, empresas de bienestar e instituciones privadas han trabajado incansablemente para comprender mejor cómo elementos como la atención plena, la respiración consciente y el ejercicio impactan el cerebro y el cuerpo. Su trabajo es invaluable para arrojar luz sobre los mecanismos fisiológicos y psicológicos detrás de prácticas que han sido parte de la cultura humana durante milenios, pero que a menudo fueron desestimadas como no científicas.
Estos investigadores merecen nuestro agradecimiento. Su trabajo a menudo pasa desapercibido por el público, pero sin su dedicación, no tendríamos la evidencia que tenemos hoy para respaldar las prácticas de bienestar. Gracias a sus esfuerzos, ahora entendemos por qué prácticas como el yoga, el tai chi o incluso caminar regularmente tienen un efecto tan profundo en la reducción de enfermedades crónicas, la mejora del estado de ánimo y el aumento de la satisfacción general con la vida. La importancia de esta investigación no puede ser subestimada, ya que da credibilidad a lo que muchos han sabido intuitivamente durante siglos: que el bienestar es una parte multifacética, científica y vital de una vida saludable y de éxito.
Lo importante son las personas
A medida que la industria del bienestar crece y se comercializa, hay una creciente responsabilidad para los líderes de la industria de mantener el enfoque en la verdadera misión de mejorar la vida de las personas, y no solo en aumentar las ganancias. Es fácil ver el mercado del bienestar como un vehículo para el beneficio, especialmente a medida que más empresas se suman a la tendencia. De hecho, el GWI proyecta que la economía global del bienestar crecerá a una tasa robusta del 7.3% anual de 2023 a 2028, una tasa de crecimiento sustancialmente mayor que la proyectada para el PIB global (4.8% según las proyecciones actuales del FMI). Sin embargo, es esencial que la misión central —el bienestar real de los individuos— siga siendo el principio rector. En la prisa por capitalizar la creciente demanda, las empresas y organizaciones deben asegurarse de mantener la integridad científica y ofrecer productos y servicios que realmente contribuyan a una mejor salud.
A los líderes de esta industria: Es crucial mantener el compromiso con los valores que inicialmente impulsaron la revolución del bienestar. Sí, las ganancias y los retornos para inversores y partes interesadas son vitales. Pero no olvidemos que el mayor valor de la industria del bienestar radica en las vidas que puede cambiar. Debemos continuar priorizando prácticas de alta calidad basadas en evidencia que mejoren la salud mental, física y emocional, asegurando que los productos y servicios ofrecidos no solo sean lucrativos, sino que también afirmen la vida.
La rentabilidad y el bienestar de las personas pueden, y deben, ir de la mano. Cuando las empresas actúan con un propósito, fundamentado en la ciencia y guiado por la misión de mejorar vidas, se preparan para el éxito a largo plazo y ayudan a crear un futuro donde la salud personal y el bienestar colectivo se consideren derechos fundamentales —no solo productos de consumo.
En conclusión, la industria del bienestar está lejos de ser una tendencia pasajera o un truco de marketing. Respaldadas por la ciencia, la investigación y los incansables esfuerzos de expertos, las prácticas que ahora entendemos como «bienestar» son esenciales tanto para la salud individual como colectiva. A medida que la industria continúa evolucionando, es vital que todos los actores —desde investigadores hasta emprendedores e inversores— permanezcan comprometidos a garantizar que el enfoque siga siendo el bienestar auténtico y basado en evidencia. Después de todo, son las vidas de las personas las que estamos tratando de mejorar, y solo manteniéndonos fieles a la ciencia y priorizando la salud de las personas sobre las ganancias, la industria del bienestar podrá realizar su máximo potencial.
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Inma Moreno Coach
Master en PNL y Time Line Therapy®
